LA VISITA DEL CONEJITO DE PASCUA

¡Buenos días, familias y amiguitos! Como prometimos, continuamos otro día más con nuestro pequeño repaso a todo lo que hicimos durante la última semana del segundo trimestre en el Cole del Dragón. ¿Y por dónde nos quedamos? ¡Ah, ya nos acordamos! Nos despedimos el pasado día en mitad de una procesión de Semana Santa por el pasillo del cole. Eso fue el jueves. Pues ese mismo jueves tuvimos una visita de lo más especial. Tuvimos la suerte de recibir la visita del CONEJITO DE PASCUA. No pudimos verle pero sí que nos alegró muchísimo el día. Ahora os contamos...

Como el profe y la teacher Carmen ya nos habían avisado, sabíamos que el jueves llegaría tan singular personaje a nuestro cole. Lo único que debíamos hacer era prepararnos para la visita. Estábamos sobre aviso de que tiene por costumbre esconder huevos de chocolate en cualquier rincón, y también de que es un conejito muy escurridizo y no se deja ver; dedujimos que los huevos de chocolate los dejaría en el patio. El patio es muy grande, y hay que andar rápidos para encontrar todos los huevos posibles; por eso nos lo tomamos muy en serio, y nos preparamos para estar en forma para la búsqueda. Nada mejor que una sesión de pesas y ejercicio para estar preparados y poder correr con energía.




Y cuando estábamos en la clase de la teacher Carmen, el profe volvió a entrar en clase para avisarnos de que había notado algo raro en el patio. Estaba claro que el Conejito de Pascua ya había venido y había escondido un montón de huevos de chocolate. Nos pusimos muy nerviosos e impacientes. Teníamos unas ganas locas de salir al patio y buscar por todas partes.






PREPARADOS, LISTOS... ¡YAAAAAA! ¡QUÉ COMIENCE LA BÚSQUEDA!



Había un montón de juguetes y material de psicomotricidad esparcido por todo el césped. El conejito lo había hecho para esconder mejor sus huevos. Entre las ruedas del patio también había huevos; en los rincones, por el césped, al lado de las vallas... La teacher Carmen llevaba una cesta en la que íbamos guardando los huevos que encontrábamos. Echábamos unos pocos, y a seguir buscando más. Entre todos dejaríamos el patio sin un solo huevo de chocolate.












Y después de tan divertida búsqueda, tocaba repartir como buenos compañeros los huevos. Está claro que siempre habrá quien tenga suerte y encuentre más huevos que otros compis. Pero como en el cole debemos ser como una pequeña familia, nos lo repartimos todo a partes iguales. Entre todos fuimos contando los huevos que nos correspondían. Como el día anterior habíamos elaborado unas bonitas cestas de "Easter", nos servirían para llevarnos nuestros huevos a casa. Uno, dos, tres, cuatro y cinco... ¡Cinco huevos de chocolate han tocado para cada compi!



¡Qué mañana tan divertida! Como habréis visto, ese jueves dio para mucho. Pero la semana aún no se ha acabado. Aún tenemos más cositas que enseñaros. Pero eso será otro día. 

No podemos olvidarnos de repasar el reto del día anterior, en el que algunos compis nos dijeron cuál es su color favorito del Arco Iris. A MANUEL le gusta el AMARILLO. A ABEL le gusta el ROJO. A ADRIÁN le gustan el NARANJA y el VERDE. A AITANA le gusta el MORADO. Y a MARTA también le gusta el MORADO. ¡Gracias por compartir vuestros gustos con nosotros!

Ahora vamos a pedir que hagáis en casa un reto algo peligroso. Peligroso porque peligra la integridad del artista. Bueno, del artista y de un huevo. Sí, de un huevo, que es lo que debemos coger del frigorífico de casa, y colorearlo con la técnica que queramos (pinturas, rotuladores, acuarela...) como si fuese un huevo del Conejito de Pascua. Cuando hayamos cumplido nuestra misión, le hacemos una foto y la compartimos en el blog. ¿Os vale el reto? Sé que nuestras mamás y papás nos van a matar por proponer un reto así; pero puede ser muy divertido y entretenido (sobre todo si a alguno se nos rompe el huevo). 

Y para escribir en el chat del blog, debemos compartir el color del que creemos que puede ser el Conejito de Pascua. Seguro que cada uno se lo imagina de una manera.

Nos volveremos a ver pronto, en menos de lo que tarda un conejito en esconder un huevo.





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